Cuatro días de alegres comparsas se disfrutan en la ciudad de Barranquilla con sabor y diversión. Los grandes se vuelven niños, algunos "supuestos machos" pierden su hombría y sacan a relucir su estilo femenino cubriendose de plumas, coloretes y accesorios que los convierten en completas damas o por el contrario se transforman en verdaderos perros de gran casta; pero lo más importante es que el carnaval se convierte en el momento de expresión cultural de mayor goce y tradición que un pueblo puede tener. Para mi, que soy una barranquillera al ciento por ciento, es un orgullo invitar a todo foráneo a conocer de esta bella fiesta, ya que como reza una muy sabia frase de nuestro festejo: Quien lo vive es quien lo goza, Carnaval de la Arenosa.
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