sábado, 20 de octubre de 2007

Un Carnaval a Distancia


Vivir un Carnaval de Barranquilla en la distancia es como llorar a Joselito Carnaval dos veces. Ya me ha tocado durante dos años seguidos y dejnme decirles que no me gustaría estar por fuera otro año más. No he podido ir a Quilla en momentos de carnaval porque estudio fuera de la ciudad y como por acá no hay celebración en esa fecha, siempre me figuran exámenes cuando todos mis amigos andan enguayabados, bailando, gozando y riendo a punta de cumbias y disfraces. imaginense que ya he aprendido a apagar mi celular esas noches, pues mientras yo duermo porque debo madrugar a clase, de seis de la mañana, a los recocheros se les ocurre la idea de llamarme a cantarme la pulla loca y a poner al gaitero a sonar fuerte la gaita en la bocina del celular. Definitivamente no paso más un carnaval lejos. Me hace falta la maicena, la guerra de bolsitas de agua, las marimondas, el torito, bailar el garabato, el sonido de los tambores y el jolgorio de mi carnaval.

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